Queridas, estimados:
¿Qué tal las vacaciones? ¿Han podido disfrutar? Las mías recogidas, que dicen en mi pueblo. Recogidas y con la covid-19 sobrevolando como una mosca cojonera. En Castilla las moscas a finales de agosto se vuelven muy pesadas, saben que se les acaba el calor, que llega el frío. Son sus últimos días y se comportan más moscas que nunca. Un poco como nosotros. Lo hemos pasado muy bien, a pesar de la cojonera. Me gusta el pueblo de mi mujer. Siempre aprendo algo. Este año, sin ir más lejos, me he enterado que las fechas para la matanza del cerdo y la cerda son distintas. Al cerdo le puedes dar matarile cualquier día. Se planea, se llama a la familia y ya. La de la cerda es un poco más complicada porque si has decidido tal día y la cerda se pone en celo, la has fastidiado. No puedes matar porque la carne sabe diferente. ¿Peor?, pregunté. “Diferente”, me contestó mi vecino. Y no lo saqué de allí. Me encanta mi vecino, es clavadito a Clint Eastwood.  A veces viene a “echar un botellín” para “echar una parrafada”. Un día de canícula insoportable, cuando el calor pesa, estábamos refugiados en casa, cuando, ¿Se puede? Y mi mujer, “pasa que los bombones se derriten al sol”; y él, “y la mierda como yo se seca”. Humor castellano del auténtico. A pesar de no llegar a 20 habitantes podría contar una historia de cada uno de ellos. Paco se sienta a la fresca al caer la tarde. Tiene incontinencia verbal. Si te paras a “echar la parrafada” estás perdido y aunque hay días que lo evitas, otros no te queda más remedio que “¿Qué Paco, a la fresca?” y es cuando, zas, te atrapa. Empieza el monólogo y ya no te deja escapar. Porque para que no te des cuenta de que tú no has podido terciar palabra, cada tanto dice “pues sí, es lo que tú dices” y continúa otro largo rato hasta que sale su mujer para decirte algo agradable tipo: “estás más gordo que el año pasado” o como a mi mujer “quien se viste de verde por guapa se tiene”,  pero se lo perdonas porque es el momento de escapar educadamente.
En fin, les contaría miles de historias, pero a lo que iba. Aun no he vuelto y esta primera temporada será difícil. Los proyectos Martínez, “Ancha es Castilla”, y seguramente “Madrid, Edad de plata” van a tener que esperar a que la cojonera no bote ni rebrote, pero estoy ideando nuevos formatos que pronto les contaré. Ideas no faltan y la Factoría Cultural Martínez no es una mosca, no desaparece así como así.